miércoles, 22 de diciembre de 2010

¡Estamos de doble celebración!



Cuando cumple un año este blog queremos daros las GRACIAS a quienes os habéis pasado por aquí dejándoos escuchar y a quienes habéis pasado en silencio…

por vuestra cercanía, por el calor de vuestras palabras y premios, por vuestro apoyo incondicional, por habernos acompañado en nuestros acontecimientos vitales más importantes de nuestra vida, por ser parte de este espacio de reflexión y aprendizaje…


Por todo eso y mucho más… MUCHAS GRACIAS



Y para seguir celebrando…

El 2010 se marcha… y con él las oportunidades perdidas, los aprendizajes no puestos en marcha, las frustraciones…


El 2011 llega… y con él las nuevas oportunidades, los nuevos comienzos, los nuevos aprendizajes y las viejas o nuevas metas a alcanzar por fin…


Para este nuevo año te deseamos…

… ese nuevo comienzo que tanto anhelas

… esa nueva idea que andas buscando

... pero sobre todo y primeramente… que conozcas tu objetivo


¡¡FELIZ NAVIDAD y MEJOR 2011!!


Gracias Mario, por compartir con nosotras tu riqueza…

lunes, 20 de diciembre de 2010

¿Qué vamos a dejar en el mundo?


Es posible que no todo el mundo conozca a Leopoldo Abadía. Es profesor y escritor español, autor de “La crisis ninja” y a mi me parece un hombre muy sensato. Hace unos días leí este artículo que hoy comparto con vosotros/as con el fin de que reflexionemos acerca de nuestras preocupaciones actuales y las que realmente deberíamos tener; que pensemos en nuestro futuro, pero sobre todo en nuestro presente; y que reflexionemos acerca de lo que queremos dejar como legado.

Como os decía, llegó a mis manos este maravilloso artículo en el que Leopoldo Abadía dice:


Me escribe un amigo diciendo que está muy preocupado por el futuro de sus nietos.
Que no sabe qué hacer: si dejarles herencia para que estudien o gastarse el dinero con su mujer y que "Dios les coja confesados".


Lo de que Dios les coja confesados es un buen deseo, pero me parece que no tiene que ver con su preocupación.


En muchas de mis conferencias, se levantaba una señora (esto es pregunta de señoras) y decía esa frase que me a mí me hace tanta gracia: "¿qué mundo les vamos a dejar a nuestros hijos?"
Ahora, como me ven mayor y ven que mis hijos ya están crecidos y que se manejan bien por el mundo, me suelen decir "qué mundo les vamos a dejar a nuestros nietos?"


Yo suelo tener una contestación, de la que cada vez estoy más convencido: "y a mí, ¿qué me importa?!"


Quizá suena un poco mal, pero es que, realmente, me importa muy poco. Yo era hijo único. Ahora, cuando me reúno con los otros 64 miembros de mi familia directa, pienso lo que dirían mis padres, si me vieran, porque de 1 a 65 hay mucha gente. Por lo menos, 64.


Mis padres fueron un modelo para mí. Se preocuparon mucho por mis cosas, me animaron a estudiar fuera de casa (cosa fundamental, de la que hablaré otro día, que te ayuda a quitarte la boina y a descubrir que hay otros mundos fuera de tu pueblo, de tu calle y de tu piso), se volcaron para que fuera feliz. Y me exigieron mucho.


Pero ¿qué mundo me dejaron? Pues mirad, me dejaron:

1. La guerra civil española

2. La segunda guerra mundial

3. Las dos bombas atómicas

4. Corea

5. Vietnam

6. Los Balcanes

7. Afganistán

8. Irak

9. Internet

10. La globalización


Y no sigo, porque ésta es la lista que me ha salido de un tirón, sin pensar. Si pienso un poco, escribo un libro.


Vosotros creéis que mis padres pensaban en el mundo que me iban a dejar? Si no se lo podían imaginar! Lo que sí hicieron fue algo que nunca les agradeceré bastante: intentar darme una muy buena formación. Si no la adquirí, fue culpa mía. Eso es lo que yo quiero dejar a mis hijos, porque si me pongo a pensar en lo que va a pasar en el futuro, me entrará la depre y además, no servirá para nada, porque no les ayudaré en lo más mínimo.


A mí me gustaría que mis hijos y los hijos de ese señor que me ha escrito y los tuyos y los de los demás, fuesen gente responsable, sana, de mirada limpia, honrados, no murmuradores, sinceros, leales. Lo que por ahí se llama "buena gente".


Porque si son buena gente harán un mundo bueno. Por tanto, menos preocuparse por los hijos y más darles una buena formación:que sepan distinguir el bien del mal, que no digan que todo vale, que piensen en los demás, que sean generosos… En estos puntos suspensivos podéis poner todas las cosas buenas que se os ocurran.


Al acabar una conferencia la semana pasada, se me acercó una señora joven con dos hijos pequeños. Como también aquel día me habían preguntado lo del mundo que les vamos a dejar a nuestros hijos, ella me dijo que le preocupaba mucho qué hijos íbamos a dejar a este mundo. A la señora joven le sobraba sabiduría, y me hizo pensar.

Y volví a darme cuenta de la importancia de los padres. Porque es fácil eso de pensar en el mundo, en el futuro, en lo mal que está todo, pero mientras los padres no se den cuenta de que los hijos son cosa suya y de que si salen bien, la responsabilidad es un 97% suya y si salen mal, también, no arreglaremos las cosas. Y el Gobierno y las Autonomías se agotarán haciendo Planes de Educación, quitando la asignatura de Filosofía y volviéndola a poner, añadiendo la asignatura de Historia de mi pueblo (por aquello de pensar en grande) o quitándola, diciendo que hay que saber inglés y todas estas cosas.


Pero lo fundamental es lo otro:
los padres.

Ya sé que todos tienen mucho trabajo, que las cosas ya no son como antes, que el padre y la madre llegan cansados a casa, que mientras llegan, los hijos ven la tele basura, que lo de la libertad es lo que se lleva, que la autoridad de los padres es cosa del siglo pasado. Lo sé todo. TODO. Pero no vaya a ser que como lo sabemos todo, no hagamos NADA.


Leopoldo Abadía.


P.D.

1. No he hablado de los nietos, porque para eso tienen a sus padres.

2. Yo, con mis nietos, a merendar y a decir tonterías y a reírnos, y a contarles las notas que sacaba su padre cuando era pequeño. 3. Y así, además de divertirme, quizá también ayudo a formarles.




Así que ahora te pregunto, ¿cuáles son tus preocupaciones?, ¿cómo vives tu presente?, ¿qué legado quieres dejar?

lunes, 13 de diciembre de 2010

¿Qué vivimos en el Taller sobre Comunicación?



Como sabéis, hace un par de semanas realizamos el Taller Azul: ¿Por qué no me entienden?


Hoy queremos compartir con vosotros/as aquella vivencia grupal.


Para Patricia y para mi fue, una vez más, un auténtico lujo y placer compartir aquellas horas con las mujeres que decidieron participar con el objetivo de mejorar su vida y entorno. Vivimos momentos y situaciones de honestidad, ternura, de grandes descubrimientos, de soluciones al alcance de la mano y de compromisos personales. Nadie salió igual que entró. Y eso nos hizo felices a todas y cada una de las personas que allí estuvimos. Porque lo bueno es cambiar, lo sano es evolucionar, y allí…. Eso ocurrió.


Queremos compartir la definición de FAMILIA de una de las participantes… todo un ejemplo de salud…


“Son las personas que más feliz te hacen:

Unas viven contigo porque así lo eliges,

Otras llegan a la familia que formas con la persona que más amas, para dar y recibir amor, alegría, ternura, protección…

Los sentimientos que te provocan a veces (en la mayoría de los casos) son:

Paz, amor, serenidad, seguridad, tranquilidad, confianza, amistad, alegría, felicidad… el lugar a donde siempre quieres volver y que siempre sea así.

Otros sentimientos pueden ser: preocupaciones, miedo, inseguridad, dudas…


Es el estado ideal: LA FAMILIA”.


Algunas palabras que resumieron el taller según algunas de las participantes:


PROFUNDO…

CLARIFICADOR…

MOVILIZADOR…

REVELADOR…


A quienes os lanzáis a alcanzar vuestro liderazgo interior….

Gracias por vuestra valentía, por vuestro compromiso y humildad para mirar hacia dentro y cambiar lo que es necesario cambiar.

Gracias por salir de vuestra zona de confort y poner a prueba vuestros límites… Ahí es donde reside el secreto.