lunes, 31 de octubre de 2011

¿De qué manera te cuidas?

Este post viene motivado por un mes lleno de actividad a todos los niveles y que una mañana despertó en mi un instinto tremendo de cuidarme. Necesitaba hacer un parón. Si yo no paraba, mi cuerpo lo haría. Por eso, decidí seguir mi propio instinto y en medio de la jornada, paré a tomar un café en un sitio bonito, con unos dulces y mi libro del momento.  Me sentí algo rara al comienzo, pero poco a poco fui relajándome y acabé disfrutando plenamente de ese momento.
Puedo deciros que ese parón transformó mi semana. El sentirme cuidada y querida por mi misma, hizo que mi ánimo cambiara y mantuviera ese espíritu sereno a lo largo de los días siguientes.
Por eso, hoy quiero proponeros un ejercicio de cuidado personal: la relajación.

Busca un lugar cómodo en tu casa. Puede ser tu cama, el sofá, o una estancia que te inspire quietud. Que el silencio te acompañe en este momento. Imagina un punto de luz dorado y brillante que aparece lentamente en tu mente… Esa luz despeja tu mente… calma todas las ansiedades… te devuelve a un estado de calma… desparecen tus ansiedades y miedos.
Visualiza cómo esa luz va bajando lentamente por tu cabeza… a través de tu cuello… hombros… espalda… brazos y manos… retorna al pecho y se dirige al abdomen… cintura… glúteos… pantorrillas y muslos… rodillas… tibia y peroné… tobillos y finalmente pies.
Permite y da libertad a esa luz para que inunde todo tu cuerpo y lo revitalice, despeje y equilibre. Disfruta de esa visión de tu cuerpo iluminado y lleno de energía. Esa energía y positividad te acompañará cuando acabes el ejercicio si así lo deseas. Ve moviendo todo el cuerpo lentamente hasta ir desperezándote y finalmente abre los ojos.

Cuéntame qué tal te va tras realizar este ejercicio. Puedes hacerlo cada vez que quieras. Recuerda hacerlo sin prisas, disfrutando de la luz que te inunda y siendo consciente del privilegio que es dedicarse el tiempo. Estoy segura de que notarás el cambio de tu situación interna tras el ejercicio. Puedes enseñarle esta actividad a tus amigos/as. Compartir cosas buenas te ayudará a ser más feliz y a alcanzar la plenitud.

“Un hombre no trata de verse en el agua que corre, sino en el agua tranquila, porque solamente lo que en sí es tranquilo puede dar tranquilidad a otros”.
Confucio

¡Buena semana!