lunes, 21 de diciembre de 2009

¡FELICES FIESTAS Y PROSPERO 2010!

¡¡Hola a todos/as!!

Esta semana muchas personas en nuestro país (y en muchos otros) celebramos la Navidad, y es por eso que quiero desearos a quienes leáis este post, festejéis por un rito u otro estas fechas, unos días felices, llenos de amor y paz, de buenos deseos y tranquilidad. Y por supuesto, que despidáis el 2009 con alegría y recibáis el nuevo año con esperanza y proyectos que os motiven.



¡FELICES FIESTAS Y PROSPERO 2010!



martes, 15 de diciembre de 2009

Envejecer como premio a una vida

“El miedo a envejecer nace del reconocimiento de que uno no está viviendo la vida que desea. Es equivalente a la sensación de estar usando mal el presente.”

Susan Sontag


El miedo a envejecer es uno de los grandes fantasmas de nuestra sociedad, que lucha por esconder los signos del paso del tiempo. Más que nunca en este momento de la Humanidad se busca la estética, la imagen, la perpetua juventud, y eso tiene sus consecuencias. Esta tendencia nos condiciona en nuestro día a día, en nuestras elecciones, en cómo nos relacionamos, en nuestro autoconcepto, y nos ponemos en muchos casos, al servicio de esa “belleza ideal”. Por otro lado, estamos asentados/as sobre la productividad, el consumo y el individualismo. Todo esto unido, propicia que vivamos en la eterna incoherencia de buscar lo imperecedero que nos muestra la imagen, mientras que el materialismo hace que cambiemos nuestros objetos de manera constante, y hagamos adquisiciones innecesarias en muchos casos. No valoramos lo antiguo, lo que ha sufrido el paso del tiempo, lo que tiene una trayectoria. Lo consideramos inútil, desfasado, y vacío de interés. Así pasa también con nuestros ancianos y ancianas, con nuestra vejez, con nuestro propio envejecimiento. Nuestra sociedad no quiere ver la realidad de la muerte, de la decadencia física del ser humano, y vivimos mirando hacia otro lado, evitando tener en cuenta esa certeza. Y es que esa etapa de nuestra vida supone para nosotras/os, la sensación de no ser útiles para la comunidad, además de un conjunto de pérdidas sociales (compañeros/as de vida y su duelo correspondiente, amistades, aislamiento) y físicas (enfermedades crónicas, dolores persistentes, limitación motora, etc) para las que no nos hemos preparado psicológicamente.

Para la mujer es más agresivo todo este proceso, porque los requisitos son más altos. No es casualidad que desde muy pronto se nos lancen mensajes publicitarios sobre productos cosméticos, o se nos cuenten las bondades de la cirugía estética.

Nos ponemos las cosas difíciles, la verdad. Y el envejecimiento llega, inevitablemente y como parte del desarrollo exitoso de la vida. Más que un pesar, debe ser la recompensa a una vida vivida, a una colección de momentos, de experiencias y de recuerdos. Podemos comenzar hoy mismo a cambiar la visión que tenemos acerca de la vejez, a dejar de lado las ideas erróneas, mitos y prejuicios acerca ella, y que perjudican el buen envejecer. Podemos comenzar a aceptar que esa etapa es parte de nuestro ciclo vital, del de todas las personas, y que también tiene aspectos positivos y muy valorables. Podemos prevenir la situación de dependencia, acompañar nuestra vida de oportunidades de participación, de salud a través de nuestros hábitos, y de seguridad. Podemos mantener nuestro compromiso con la vida, focalizando nuestros intereses en la familia, la vida cotidiana y sus actividades, en las relaciones sociales y actividades gratificantes. Podemos envejecer activamente, mantenernos enérgicos/as, con autonomía, vivir el tiempo libre de manera positiva, buscar nuevos aprendizajes. En definitiva, tener proyectos vitales y tratar de cumplirlos.

Pero todo esto debe comenzar hoy, mejor que mañana.

Laura

lunes, 7 de diciembre de 2009

No dejes de brillar

Un día más estoy a este lado para compartir aquello que nos hace pensar y que puede hacernos crecer como personas un poco cada día. Por eso hoy, quiero compartir con vosotros/as una fábula que me hicieron llegar unos amigos de Radio Libertad hace un tiempo. No os deigo más para que podáis descubrir la moraleja de este precioso relato. ¿Sabéis cuál es? Luego, me gustaría saber si esto que cuenta os ha pasado y cómo lo habéis vivido. ¿Lo compartiréis?

¡Espero vuestros comentarios!



La Luciérnaga y la serpiente



La noche calló sobre el bosque y ésta era la señal que esperaba nuestra amiga la luciérnaga para salir de su letargo y recorrer la espesura de la maleza.

Pero esta vez se sentía diferente, su cuerpo estaba alborozado y vibraba como nunca antes lo había hecho.

Era la llamada de la naturaleza que le pedía a gritos salir a buscar quien la copulase para dar así continuidad a su especie.

De pronto... la vibración se hizo incontrolable y un haz de luz fosforescente envolvió todo su cuerpo.

Encendida por su propia bioluminiscencia interna aquel espectáculo resultará ser demasiado tentador para sus compañeros luciérnagas que pronto alzarán el vuelo para hacerse con aquella hembra.

Sin embargo, tanta luz en medio de la oscuridad de la noche no pasará tampoco desapercibida para una seseante víbora que serpenteaba precisamente por allí.

Excitada la serpiente empezó a perseguir a nuestra pobre protagonista en una lucha sin cuartel.

La luciérnaga se resistía a su cruel destino e intentó zafarse a la carrera pero sus patitas no competían ni de lejos con el ágil reptar de aquella víbora.

Metro a metro, su depredador iba ganando terreno a una presa cada vez más exhausta hasta que ya las fuerzas le fallaron y se rindió a la evidencia de una muerte segura.

Sin embargo, antes de que la serpiente pudiese aprisionarla en un abrazo mortal todavía tuvo tiempo de revolverse para increparle con rabia:

¿¿¡¡POR QUE, POR QUÉ YO!!??

Maldita víbora yo no te hecho ningún mal,

ni siquiera pertenezco a tu cadena alimenticia.

Entonces....¿¿¡¡POR QUÉ QUIERES DEVORARME!!??

Y la serpiente respondió seseante:

¡¡PORQUE NO SOPORTO VERTE BRILLAR!!



Laura