Hoy quiero contaros cómo una compañera de formación me recordó la importancia de nuestros actos... una vez más.
Como sabéis quienes vivís en Madrid, el día 22 hubo una manifestación por la solidaridad con las personas en desempleo (y algo mucho más profundo incluso, diría yo). En aquel momento yo estaba en una formación intensiva que me tenía bastante absorbida, cuando de repente la vi coger sus cosas y dirigirse a la puerta. Antes de que saliera le pregunté si se encontraba mal. Me dijo que no, que se marchaba a la manifestación, a sumarse a las filas. La verdad es que me sentí fatal en ese momento porque yo ni me acordaba de la cita con la solidaridad de esa tarde. Y sin que yo le preguntara más, me dijo: "No sólo voy porque sea importante nuestra presencia allí y el mensaje que lanzamos al mundo. Sino la semilla que dejamos en generaciones futuras. Yo tengo dos hijos mayores y quiero DARLES EJEMPLO. Quiero que recuerden estos momentos y la forma en que podemos contribuir a la sociedad."
Esas palabras me llegaron muchísimo. Sus hijos ya son mayores de edad, pero la educación no acaba nunca con ellos. El ejemplo lo es todo...
No hay comentarios:
Publicar un comentario