Hace días que vengo pensando en escribir este post porque creo que puede contribuir a la tranquilidad de muchas personas... si, si... cuando yo misma fui consciente de lo que me pasaba, fue un gran alivio. Y creo que cuando os lo explique, también sentiréis alivio vosotros/as... al menos algunos/as de vosotros/as.
¿No te pasa que cuando llega septiembre te sientes cargado/a de energía? ¿con ganas de conquistar el otoño? ¿de alcanzar nuevos horizontes?... Claro, Septiembre cierra el verano y a tu alrededor vas a encontrar personas con espíritu reformista, con ganas de hacer de la época que llega un momento para los cambios deseados. Tú mismo/a puedes ser esa persona con ganas de cambios, o simplemente contagiarte de las que son así.
¿Y no te pasa que cuando llega octubre, esa energía ya no está al mismo nivel y te parece que no lo conseguirás y/o te desmotivas? Bien... ¡No eres el único! ¡No eres la única que se siente así!
Cuando llega Octubre se produce algo bastante curioso:
- la realidad se impone y no es exactamente igual a lo que nos imaginábamos en Septiembre. ¡Hay que esforzarse!
- el espíritu ese reformista que te poseyó durante el mes anterior se relaja y apacigua.
- La meteorología cambia, y queramos o no, nos afecta.
Uf, y... ¿qué hacer para paliar los efectos de Octubre?
Atento/a:
- Vuelve a retomar tus objetivos. Piensa en aquello que querías renovar en tu vida y trata de conectar con ello. ¿Para qué lo quieres conseguir? ¿en qué te beneficiará? ¿qué aportará a tu vida? ¿cómo te hará sentir?
- Después organiza la acción que deberás llevar a cabo. Establece pequeñas metas consecutivas, y ocúpate sólo de una cada vez.
- Disfruta de cada aproximación a tu objetivo que hagas. Será tu alimento para continuar y siempre tener fuerzas.
- Y por último, no te olvides de mantenerte ENFOCADO/A.
Escuché a Will Smith decir una vez que no debes generar un plan B cuando estás con el plan A, porque te distraerá de tu verdadero objetivo que es cumplir con el plan A. ¡¡¡Enfoca!!!
Y ahora... ¡¡¡¡a por Octubre!!!!