martes, 7 de septiembre de 2010

Miedo a conducir



Hoy me gustaría compartir con vosotros/as una experiencia personal que además me ha servido mucho en mi labor como psicóloga durante mis terapias.

Justo al sacarme el carnet de conducir, hace muchos años, tuve un percance con el coche, y el miedo que sentí hizo que no volviera a plantearme conducir en mucho tiempo. En realidad, en años. Al principio fue especialmente duro reconocer que ese miedo me incapacitaba para hacer una vida normal. Cuando alguien me hablaba de ese tema solía enfadarme y reaccionar mal, ponía todo tipo de excusas si alguien me pedía que volviera a conducir, o simplemente me preguntaba por el hecho de haber retomado el hábito. No fue fácil asumir mi debilidad. Con el tiempo y, sobre todo, con la decisión de superarme a mi misma, me lié la manta a la cabeza, y me puse en manos de unos profesionales. Eso me sirvió para comenzar a subirme al coche. Pero lo que realmente cambió mi vida fue DECIDIR NO ESPERAR MAS y DEJAR DE PONER EXCUSAS. A mi me sirvió el apoyarme en el nacimiento de mi primera sobrina, en la idea de ir a visitarla de manera rápida y autónoma. Y así ha sido. No os voy a contar lo difícil que es enfrentarse a un miedo tan fuerte, ni a contaros las trampas que me puse a mi misma para evitar el momento de subirme al coche y arrancarlo. Sin embargo, hoy puedo deciros que lo superé, y que hago una vida absolutamente normal en lo que se refiere a conducir.

Para quienes sepáis de lo que hablo, os cuento que, aproximadamente, el 33% de las personas que poseen el carné de conducir tiene, en alguna ocasión, miedo de sentarse al volante. Con esto quiero deciros que somos muchas las personas que vivimos este problema, llamado amaxofobia. Somos más mujeres que hombres las que lo padecemos y las causas son diversas: baja autoestima, enfermedad, un desencadenante… y la solución a este problema pasa por reconocer el trastorno que se posee e intentar afrontarlo con la ayuda de un/a profesional cualificado/a.

Sin duda las fobias nos enfrentan a nuestros peores miedos, y también exigen de nosotros/as fortaleza y perseverancia. Por eso, es importante que, si te estás planteando solucionar tu miedo a conducir te hagas las siguientes preguntas y te respondas de la manera más honesta:

  • ¿Estoy completamente seguro/a de comenzar ahora?
  • ¿Dejaré de ponerme excusas para evitar enfrentarme a mis miedos?
  • En caso de caer en la tentación de ponerme excusas, ¿seré sincero/a conmigo mismo/a y prescindiré de ellas al darme cuenta de mi debilidad?


Este es el principio del fin, si así te lo propones. Te animo a ser tu mejor Yo. ¡Está deseando salir!

Laura

1 comentario:

Mª José dijo...

Es un honor tener donde volver.
Se necesita mucho esfuerzo para superar los miedos,las ansiedades, te felicito, se de lo que hablas creeme.
Besos de colores que alegren tus días