Este post viene motivado por un mes lleno de actividad a todos los niveles y que una mañana despertó en mi un instinto tremendo de cuidarme. Necesitaba hacer un parón. Si yo no paraba, mi cuerpo lo haría. Por eso, decidí seguir mi propio instinto y en medio de la jornada, paré a tomar un café en un sitio bonito, con unos dulces y mi libro del momento. Me sentí algo rara al comienzo, pero poco a poco fui relajándome y acabé disfrutando plenamente de ese momento.
Puedo deciros que ese parón transformó mi semana. El sentirme cuidada y querida por mi misma, hizo que mi ánimo cambiara y mantuviera ese espíritu sereno a lo largo de los días siguientes.
Por eso, hoy quiero proponeros un ejercicio de cuidado personal: la relajación.
Busca un lugar cómodo en tu casa. Puede ser tu cama, el sofá, o una estancia que te inspire quietud. Que el silencio te acompañe en este momento. Imagina un punto de luz dorado y brillante que aparece lentamente en tu mente… Esa luz despeja tu mente… calma todas las ansiedades… te devuelve a un estado de calma… desparecen tus ansiedades y miedos.
Visualiza cómo esa luz va bajando lentamente por tu cabeza… a través de tu cuello… hombros… espalda… brazos y manos… retorna al pecho y se dirige al abdomen… cintura… glúteos… pantorrillas y muslos… rodillas… tibia y peroné… tobillos y finalmente pies.
Permite y da libertad a esa luz para que inunde todo tu cuerpo y lo revitalice, despeje y equilibre. Disfruta de esa visión de tu cuerpo iluminado y lleno de energía. Esa energía y positividad te acompañará cuando acabes el ejercicio si así lo deseas. Ve moviendo todo el cuerpo lentamente hasta ir desperezándote y finalmente abre los ojos.
Cuéntame qué tal te va tras realizar este ejercicio. Puedes hacerlo cada vez que quieras. Recuerda hacerlo sin prisas, disfrutando de la luz que te inunda y siendo consciente del privilegio que es dedicarse el tiempo. Estoy segura de que notarás el cambio de tu situación interna tras el ejercicio. Puedes enseñarle esta actividad a tus amigos/as. Compartir cosas buenas te ayudará a ser más feliz y a alcanzar la plenitud.
“Un hombre no trata de verse en el agua que corre, sino en el agua tranquila, porque solamente lo que en sí es tranquilo puede dar tranquilidad a otros”.
Confucio
¡Buena semana!
2 comentarios:
Muy buena "señal de alarma", Laura. No sé cómo, pero cuando hay mucho trabajo, yo caigo en esto y esa necesidad de "parar" llega a ser acuciante. Y la verdad es que si no la escucho, luego pago las consecuencias unos cuantos días. Así que me viene muy bien tu post como recuerdo de lo que puede pasar, jeje...
Gracias por tu sugerencia para relajarme. La incorporaré a mis momentos de "parada". ¡Un besote!
M.Paz
Claro que sí, MPaz! creo que es importante validar esas alarmas que nos avisan de lo que no nos conviene :) El cuerpo es sabio y debemos escucharlo. No nos han enseñado!
Muchas gracias por tu parada y comentario! un abrazo muy fuerte!!!
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