En el post anterior abrimos este artículo en el que exponíamos algunas de las conductas que desarrollamos en pareja y que nos plantean serias dificultades a lo largo de nuestro camino juntos/as. Continuamos nuestro recorrido y añadimos algunas conductas más:
· Cuando “estamos seguros/as” de saber lo que el otro/a piensa, va a hacer o a decir.
Muchas veces tendemos a anticiparnos y a dar por hecho que sabemos perfectamente lo que nuestra pareja piensa. Esto lo podemos hacer porque hasta el momento mi compañero/a ha sido muy estable en sus respuestas y nos arriesgamos a predecir las futuras, o porque llevamos muchos años juntos y eso nos da la confianza sobre lo que conocemos de quien nos acompaña en
Por otro lado, suele ocurrir que actuamos como si supiéramos todo del otro/a cuando nos posicionamos por encima, como un dios, como un ser sabedor de todas las cosas que tienen que ver con mi pareja. Nos llegamos a convencer de que yo se mas de mi pareja que ella misma.Y la realidad es que, con certeza, yo solo sé de mi, y a veces ni eso.
· Cuando queremos que el otro/a llene mis huecos.
Es posible que en ocasiones caigamos en la tentación de insinuar, pedir y hasta incluso exigir que nuestra pareja llene nuestros huecos. Lo importante es que salgamos de esa dinámica cuanto antes. ¿Por qué? Porque estamos responsabilizando de nuestra vida a alguien que queremos mucho, y no es justo ni sano.
Si hay huecos en mi vida, he de llenarlos de lo que corresponda según el agujero que sea. Hay personas, por ejemplo, que no han tenido el cariño o reconocimiento de sus padres y madres, y después lo buscan en sus parejas, pero lo necesitan tal y como sus progenitores se lo hubieran tenido que dar, cosa que la pareja es imposible que se lo facilite. Y ahí viene el problema. Nuestra pareja solo puede darnos lo que tiene como pareja, nada más. No podemos colocarla en otro rol que no sea el real, el que le corresponde, porque nunca satisfará nuestras demandas, y si lo hace, será porque ha dejado de ser nuestra pareja sana.
· Cuando te pido que te sacrifiques por mi.
También solemos pedir y/o exigir el sacrificio de nuestra pareja en el nombre del amor. Esto suele estar relacionado con una visión egocéntrica de la relación y/o con una visión machista de la misma.
Si lo pensamos bien, en realidad le estaríamos pidiendo que se anulara, que desapareciera para que yo pueda ocupar todo el espacio, para que mi existencia sea la importante y se de a pleno rendimiento. ¿Es esto bueno para una pareja?
El amor no exige, sino que pide. El amor sabe que no es necesario ni posible el sacrificio de un miembro de la pareja en pos del otro, porque entonces dejaría de ser una pareja en igualdad. Si hay algo que no debemos olvidar nunca es que en la pareja, las personas tenemos el mismo rango. No hay uno/a mejor o de mayor categoría que el otro/a. Al menos no debemos querer que esté por debajo de nosotros/as si queremos que nuestra relación tenga un futuro sano y prometedor.
¿Te has visto en estas situaciones alguna vez? Lo importante no es sentirse culpable si ha pasado o si está ocurriendo, sino perdonarnos a nosotros/as mismos y mejorar. Tratar de ser más felices teniendo en cuenta a la persona que tengo delante y sin olvidarme de que nuestro rango es el mismo, y hemos de mantenerlo así.
Laura