martes, 11 de mayo de 2010

Tu familia está entre tú y yo II

La vida en pareja es muy bonita y gratificante si sabemos mantener los límites y ceder cuando debemos hacerlo. Por eso, en relación al post “Tu familia está entre tú y yo”, hoy me gustaría dejaros una lectura que me encantó cuando la leí hace algunos años ya, y que me devolvió a la mente muchas situaciones semejantes que yo misma había vivido y protagonizado. Está sacada del libro de Jorge Bucay, “Cartas para Claudia”. Se trata de un ejemplo de cómo hacemos cosas al “estilo familiar”, y las defendemos y defendemos cuando en realidad son prescindibles, inútiles para nosotros/as ahora y pueden poner en riesgo nuestra tranquila vida en pareja. Mi propuesta: reflexionad antes de hablar, tomad decisiones en conjunto y con la filosofía del GANAR-GANAR (ambas partes salen ganando).

Aquí os dejo este texto. Disfrutad de este nuevo aprendizaje…

ACTO PRIMERO

(En casa de la pareja) Un hermoso jamón al horno que ha cocinado la esposa para su marido por primera vez.

¿Para qué le cortaste la punta? (él lo prueba).- Está exquisito-

ELLA.- El jamón asado al horno se hace así.

EL.- Eso no es cierto, yo he comido otros jamones enteros.

ELLA.- Puede ser, pero con la punta cortada se cocina mejor.

EL.- ¡Es ridículo! ¿Por qué?

ELLA (duda).- Mi mamá me lo enseñó así.

EL.- ¡Vamos a casa de tu mamá!

ACTO SEGUNDO

(En casa de la madre de Ella)

ELLA.- Mamá, ¿Cómo se hace el jamón al horno?

MADRE.- Se lo adoba, se le corta la punta y se lo mete al horno.

ELLA (a El). .- ¡¿Viste?!

EL.- Señora, ¿y para qué le corta la punta?

MADRE (duda).- Bueno... el adobo... la cocción... ¡mi madre me lo enseñó así!

EL.- ¡Vamos a la casa de la abuela!

ACTO TERCERO (En casa de la abuela de Ella)

ELLA.- Abuela, ¿cómo se hace el jamón al horno?

ABUELA- Lo adobo bien, lo dejo reposar tres horas, le corto la punta y lo cocino a horno lento.

MADRE (a El).- ¡¿Viste?!

ELLA (a El).- ¡¿Viste?!

EL (porfiado).- Abuela, ¿para qué se le corta la punta?

ABUELA.- Hombre, ¡le corto la punta para que me pueda entrar en la asadera! Mi horno es tan pequeño que...



Laura

3 comentarios:

Miriam I.S. dijo...

¡me ha encantado esta lectura! es buenísima y como la vida misma.
Yo creo que sobre todo es en la cocina donde se reflejan las costumbres que traemos de casa.
Super a favor de la fusión de costumbres caseras, aunque nos cueste.

Laura Rosales. Psicóloga y Experta en Terapia Familiar dijo...

Muchas gracias, Miriam. Efectivamente es en las cosas más simples y del día a día donde se reflejan las costumbres heredadas.
Fusión de costumbres, sí señora!!
Un abrazo muy fuerte

Luz del Alma dijo...

Excelente Laura! Me encantó!
Tantas cosas repetimos por "tradición"... A lo mejor si nos animamos a preguntarnos, para qué? en una de esas empezamos a cambiar algo...
Un abrazote de luz, Mirta