lunes, 7 de marzo de 2011

Aceptar y ser aceptado: La fábula del Puercoespín

La fábula del puercoespín


Para cualquiera de las personas que habitamos la Tierra, cambiar y abandonar el estado anterior  nos resulta incómodo, molesto en ocasiones, difícil… Hay a quienes les resulta más sencillo ponerse manos a la obra, o simplemente oponen menos resistencia ante los cambios que la vida les propone. Pero hay una cosa que nos gusta a todo el mundo: que los demás se acomoden a nosotros/as , y no yo al resto.
En mi consulta de psicoterapia escucho mucho una frase, y especialmente cuando se trata de parejas: “Quiero que cambies”. No es exclusivo de las relaciones amorosas. También queremos que nuestro amigo/a cambie.
Hoy os traigo una fábula que habla precisamente de esto. Espero que os guste y os lleve a reflexionar acerca de algunas de vuestras relaciones, o simplemente sobre el concepto de amistad, amor, pareja… que actualmente tenéis.
Una vez más… Ahí va:

Durante la Edad de Hielo, muchos animales murieron a causa del frío.
Los puercoespín dándose cuenta de la situación, decidieron unirse en grupos. De esa manera se  abrigarían y protegerían entre sí, pero las espinas de cada uno herían a los compañeros más cercanos, los que justo ofrecían más calor. Por lo tanto decidieron alejarse unos de otros y empezaron a morir congelados.
Así que tuvieron que hacer una elección, o aceptaban las espinas de sus compañeros o  desaparecían de la Tierra. Con sabiduría, decidieron volver a estar juntos. De esa forma aprendieron a convivir con las pequeñas heridas que la relación con una persona muy cercana puede ocasionar, ya que lo más importante es el calor del otro.
De esa forma pudieron sobrevivir.

Moraleja
: La mejor relación no es aquella que une a personas perfectas, sino aquella en la que cada individuo admira las cualidades de los demás y aprende también a vivir con  sus defectos.

10 comentarios:

M. J. Verdú dijo...

Pues sí el tema de la aceptación empieza desde uno mismo aceptándose tal como es con sus cualidades y defectos y al igual, con los demás. En lugar de esperar a que el otro cambie para mí lo mejor es iniciar el cambio desde uno mismo, desde el interior y esto tendrá efectos en el exterior. Hay que ser y dejar ser.

Laura Rosales. Psicóloga y Coach dijo...

Maravillosa reflexión, Mª Jesús. COmo siempre, es un placer recibir tus visitas.
Te mando un abrazo muy fuerte y feliz miércoles :)

Asun dijo...

El error puede estar en no ser consciente de que también nosotros tenemos espinas que pueden herir al otro. Sólo vemos las de los demás, y de esa forma siempre culpabilizamos al otro. En el momento que sepamos ver nuestras espinas y las aceptemos seremos capaces de aceptar las de los demás.

Besos

Laura Rosales. Psicóloga y Coach dijo...

Bienvenida Asun!
muchas gracias por unirte a la travesía :)
Muy buena reflexión, Asun. Efectivamente solemos mirarnos más agradablemente a nosotros/as mismos/As que a nuestros semejantes. Hay una frase que dice: cuando señalas a alguien con tu mano, date cuenta que cuatro dedos te apuntan a ti.

Un abrazo

Anónimo dijo...

Hola

¿Y como nos podemos dar cuenta de que estamos pinchando antes de que sea demasiado tarde?

Gracias.

Maria

Laura Rosales. Psicóloga y Coach dijo...

Hola María,
muchas gracias por tu visita.

La verdad es que las personas que nos rodean nos informan mediante su lenguaje no verbal mucho antes de que lo haga el verbal. Cuando comenzamos a molestar a alguien, se suelen dar cambios en el comportamiento hacia nosotros/as, gestos contrariados y una dedicación de tiempo hacia nuestra persona muy distinta.
Lo fundamental en todo esto es que desarrollemos una capacidad de autocrítica que nos permita ver nuestros errores y modificarlos sin agobios ni culpabilidades que no nos ayudan. Debemos perdonarnos para cambiar sanamente, y ser exigentes primero con nosotros/as mismos/as para poder contarle a alguien lo que me disgusta de ella/él, y preguntarle si podría cambiar algo de ese aspecto (si le merece la pena hacerlo).

Espero que te haya sido de utilidad. Un saludo, María, y gracias por visitarme.

Javier Muñiz dijo...

Hola Laura,interesante tema,siempre las diferencias se acusan al rivalizar el yo y el nosotros,si se quiere ser comienzo de algo, de lo que sea, hay que enterrar el yo, mientras tanto jamás avanzaremos por mucho que lo intentemos, el yo es la tumba de evolucionar...gracias guapa, buen viernes, besos sin yo...

aguadecolores dijo...

Hola vengo a hacer este viaje en tu tortuga (*.-)
Besos

procuradores puente genil dijo...

que gracioso es la cria de puercoespin jejeje ¿son fáciles de criar?

Laura Rosales. Psicóloga y Coach dijo...

Hola Mª José!
qué ilusión verte por aqui y que te hayas subido a esta tortuga! Bienvenida...

Procuradores: son más fáciles de criar si son de foto :)
Gracias por visitarme