lunes, 25 de junio de 2012

Manual de los sueños

Esta mañana, cuando buceaba por las redes sociales, me he encontrado con esta imagen. Me ha parecido graciosa y también útil ya que cada día más, buscamos manuales para todo: para ser buenos papás y mamás, para cocinar, para ser feliz, etc.

Además, aporta claves que, si las sigues, te darán la fuerza necesaria para alcanzar las metas (sueños) que te propongas. Vamos a sacarles el jugo un poco más:
  • Ama todo lo que hagas. Haz las cosas con amor. Sin duda ésto te devolverá el control de tus actos y sobre todo, lo valorarás de una manera diferente.
  • Escucha a tu corazón. Y yo añadiría: y a tu cuerpo. Nuestros sueños, nuestras pasiones las sentimos con el corazón, con las entrañas, y no con la cabeza. Guíate por esas emociones que sin duda guardas dentro de tí.
  • Ignora a los que digan que soñar es de ilusos. ¡Uy! de esta gente aléjate cuanto antes! Solo quienes tienen miedo a rebosar sus limites te dirán que no es posible. No permitas que sus palabras se instalen en ti. Para alcanzar los sueños primero hay que soñarlos. No lo olvides.
  • Confía en tu intuición y en ti. En importante que tus éxitos sean tuyos y que aprendas de tus errores. Así es como trazarás tu propio camino. Confía. Sabes más de lo que crees. Escucha a tu corazón...
  • Equivocarte es necesario para crecer. ¡Sin duda! aprendemos de muchas maneras, pero una fundamental es ésta: ¡aprendemos de los errores cometidos! por eso es bueno equivocarse de vez en cuando. Además, nos devolverá la humildad del aprendiz que sabe que no sabe todo.
  • Sigue tu pasión. Eso es lo que te hará feliz y lo que te hará moverte. No hay nada como hacer aquello que te apasiona y que hace que el tiempo vuele cuando lo estás desarrollando. ¡Vive tu vida a pleno pulmón!
  • Conoce tus habilidades. Esto te permitirá avanzar con paso firme. El autoconocimiento nos sitúa en la realidad, en el punto en el que me encuentro y a partir del cual puedo trazarme nuevos objetivos de aprendizaje. Si no sé nadar, no voy a apuntarme a un campeonato de natación. Primero habré de aprender lo básico e ir perfeccionando. Entrar al agua en malas condiciones puede suponer un peligro. POr el contrario, si sabes nadar y cuál es tu nivel, podrás competir en el campeonato que mejor se adapte a ti y poner a prueba tus límites. Así es como se avanza.
  • Cree en tus sueños y los crearás. Creer. Cuando creo en algo le doy forma en mi cabeza, y mis actos se encaminan hacia eso que creo sin ser consciente muchas veces. El poder de tus creecias es ilimitado. Tanto si tus creencias son positivas como si no lo son. Y ya que nos ponemos a creer, creamos en cosas positivas. ¡Creamos en nosotros/as mismos/as!
  • Contribuye con tus sueños a un mundo mejor. Los seres humanos hemos nacido para hacer el bien y para ser felices. Si te das cuenta, lo que te llena y te hace feliz la mayoría de las veces es contribuir al bien común, hacer felices a los demás con nnuestra existencia. Ve en esta línea y pon tu sueño al servicio del mundo para que sea mejor.
  • Crea tu realidad. Aqui hablamos de acción, de ponernos en movimiento y salir del plano mental y corporal. Haz, genera, materializa tu sueño mediante acciones concretas. Así construirás tu sueño, que será una realidad.
  • Juega sin parar. ¿Recuerdas lo bien que te sentías cuando eras pequeño/a y gran parte de tu día era juego? cuando cualquier actividad era divertida porque tú la hacías divertida? cuando incluso vestirse era un juego? Recupera esa visión de ti mismo/a y retoma esa actitud. Disfruta de cada cosa que hagas, ¡vívela!
  • Arriesga para ganar. Cuando queremos alcanzar sueños, hay mucho que arriesgar: tu tranquilidad inicial, tus límites conocidos, tus creencias, etc... Sólo cuando arriesgas se materializa la posibilidad de ganar.
Ahora la pregunta es ¿cúando vas a comenzar a utilizar este manual de los sueños?


domingo, 17 de junio de 2012

8 aprendizajes que te enseñan tus hijos/as en el parque


¿Eres una mamá o papá observador/a cuando acompañas a tu hijo o hija a jugar al parque infantil? Es posible que, por lo rutinario de la situación (puesto que se repite a diario), no te hayas fijado y hecho el análisis de lo que ves desde otro punto de vista.
Todos los días nuestros/as peques nos proporcionan aprendizajes que son vitales, y que muchas personas pierden a medida que se van haciendo adultas. ¿Quieres saber de qué te hablo?

1.    Quieren montar en todo. Desde muy pequeños/as la curiosidad les acompaña, y eso les permite crecer y descubrir el mundo, ampliar sus conocimientos del entorno y aprender a vivir. Y tú, ¿sigues siendo curioso/a y sigues tu instinto?
2.    Sin miedo a caerse. ¿Cuántas veces has visto a tu peque en alguna situación susceptible de convertirse en caída inevitable? Pues lo cierto es que puede queellos/as mismos/as perciban esa posibilidad, y puede que sientan ese miedo; sin embargo, se lanzan a la aventura. Y tú, ¿sigues desafiando a tus miedos?
3.    Se levantan una y otra vez. ¿Cuántas veces les has visto caerse y volver a levantarse? ¡miles!, pero lo siguen intentando. Y tú, si fracasas ¿lo intentas de  nuevo?
4.    No se avergüenzan de caerse. La verdad es que a las personas nos incomoda muchísimo hacer el ridículo, y así es como tenemos categorizado el acto de “caer”. Para ellos/as, forma parte de la situación, y una posibilidad asociada al hecho de montar en el columpio, de correr, de subir al tobogán… Y tú, ¿te avergüenzas de tus caídas? ¿sientes que haces el ridículo cuando no salen las cosas “dignamente”?
5.    Disfrutan de la actividad en si misma. ¿Te has fijado en cómo disfrutan del mero hecho de tirarse del tobogán? Cada actividad en sí les proporciona un motivo de disfrute, de vivir el momento con toda la intensidad. No les preocupa el resultado. No están pendiente de si llegarán al suelo en una posición bonita, o si simplemente llegarán al suelo. Sólo lo hacen y se preocupan de subir cada peldaño del tobogán, uno a uno, de sentarse y lanzarse con todo su peso hacia adelante. Y tú, ¿sigues disfrutando de lo que haces como al principio?, ¿vives el presente o estás continuamente pendiente del futuro?
6.    No cuestionan si pueden o no subirse al columpio. Sólo lo intentan. Creen en sus capacidades. Y si ahora no lo consiguen, lo intentan de nuevo después, en otro  momento, mañana. Y tú, ¿vives cuestionando tus capacidades o simplemente haces lo que tienes que hacer?
7.    Hacen grandes “castillos” de arena y los pisan. Es fantástico ver cómo se esfuerzan en construir monumentos que les sirven para imaginar historias y plantear otras realidades. Y luego, cuando acaban… ¡los pisan! ¡Los dejan en el olvido! ¿Sabes por qué? Porque saben que pueden volver a hacerlo. Porque depende de ellos/as, porque no se atan a lo terminado, al pasado, a los logros alcanzados. Se marcan nuevos retos, nuevos “castillos futuros” para construir. Y tú, ¿sabes dejar atrás lo vivido, lo hecho, lo terminado, para construir nuevos horizontes?
8.    Se relacionan indiscriminadamente entre ellos/as. Si te fijas bien, hablan entre niños y niñas, entre rubios y morenos, entre altos y bajos, entre nacionales y de origen extranjero. Saben ver lo que les asemeja y no tanto lo que les diferencia. Y tú, ¿sabes hacer lo mismo en tu día a día?


Si algo nos enseñan nuestros/as peques es que cuando llegamos al mundo somos mucho más libres que cuando nos vamos. ¿Por qué no aprender de ellos y retomar esa visión que hemos ido perdiendo con el tiempo? ¿Por qué no volver a ser libres y a creer en nuestras capacidades, en nuestras habilidades, en nuestras posibilidades, y en la vida? ¿Por qué no volver a disfrutar del presente a cada minuto?
Si lo hacemos así, es posible que volvamos a percibir que los años pasan lentos y que les hemos sacado el jugo, tal y como hicimos en la infancia.

¿Te unes al reto de parecerte más a tu hijo/a y que él/ella se parezca menos a ti?