Estaba leyendo un libro de Alex Rovira cuando, de repente, me he encontrado con esta mini lectura que para mi está llena de sentido (os la pongo al final, como cierre).
Quien me conoce sabe que soy tenaz, luchadora, y que persigo lo que quiero. No siempre ha sido fácil dejar que fluyera esta cualidad mia (así es como la veo), pero sí sé que me ha enseñado mucho y que me ha permitido aprender también de las personas que me han rodeado en estos años y de mi misma.
No siempre fui consciente de mi perseverancia. Una compañera, en los tiempos de la facultad, me lo hizo ver con un comentario. Os lo cuento:
Habíamos salido en grupo, a bailar, un sábado cualquiera. Al final de la noche, una amiga necesitaba un taxi para volver. Le dolían mucho los pies, y no tenía fuerzas para salir corriendo tras los taxis que no nos veían o no paraban. Sin pensarlo me hice cargo de la situación y me eché a correr para conseguirle uno. Lo cierto es que, contra todo pronóstico, fui capaz de parar uno y mantenerlo alli hasta que mi amiga llegó. Esta compañera de la que os hablo que me ayudó a ser consciente le dijo a la otra amiga: "Esta chica es de las personas que consiguen sus objetivos a pesar de las dificultades. ¡No ha descansado hasta conseguirte un taxi!" Eso me hizo pensar. ¿Qué fue lo que hizo que saliera corriendo tras los taxis nocturnos de Madrid? Sin duda el deseo de conseguir uno. ¿Qué fue lo que hizo que no descansara hasta alcanzar mi objetivo? No dudé de que pudiera conseguirlo. Confiar en mis posibilidades y no darle alas en mi cabeza a la posibilidad de fallar.
Acuérdate: el trabajo, si está bien hecho, acaba dando sus frutos. Puede tardar más o menos, pero llegan los resultados. Quizás no exactamente los que esperas, pero sí grandes resultados.
Por eso quiero compartir con vosotros/as esta lectura de Alejandro Jodorowsky. Aquel día conseguí el taxi, pero no siempre ha sido así. En otras ocasiones, no he alcanzado el objetivo final, pero sí grandes resultados previos. Me fijo y apoyo en ellos para continuar. Te animo a que hagas lo mismo con los tuyos.
Una vez más, que disfrutes del aprendizaje...
"Un arquero quiso cazar la Luna. Noche tras noche, sin descansar, lanzó sus flechas hacia el astro. Los vecinos comenzaron a burlarse de él. Inmutable, siguió lanzando sus flechas. Nunca cazó la Luna, pero se convirtió en el mejor arquero del mundo"